En ocasiones, según la problemática que estemos trabajando, o las características personales del paciente, se puede hacer necesaria la intervención en el propio domicilio.

Esta modalidad de intervención está especialmente indicada para atender situaciones en las que existe un impedimento físico o psicológico que hace imposible el desplazamiento a la consulta, o bien cuando la problemática en cuestión hace necesario realizar una observación de la dinámica familiar en su propio contexto, como es el caso de algunos problemas conductuales o emocionales en niños o adolescentes que pudieran estar expresando una determinada dinámica familiar, más o menos disfuncional que aconseja la observación y la evaluación in situ con el fin de poder realizar una mejor intervención.

También es indicada para la intervención terapéutica con pacientes que presentan algún tipo de discapacidad con serios problemas de movilidad.

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